Hoy te recomendamos un gran clásico de la literatura:
Un hombre llamado Lockwood llega a la finca Cumbres Borrascosas para conocer al señor Heathcliff, su casero, que le ha alquilado una villa cercana, la Granja de los Tordos. El recibimiento no puede ser más frío, hostil y desagradable. En la casa viven otras dos personas, Catherine, una hermosa joven de piel como alabastro y hermosos ojos azules, y el cabello con definidos rizos dorados, y Hareton Earnshaw, un joven alto, tosco y moreno, con apariencia torpe. Los tres personajes le parecen a Lockwood incomprensiblemente toscos y amargados. La señora Dean, que sirve a Lockwood en la Granja de los Tordos y cuidó de ellos cuando eran niños, le cuenta la historia de las dos familias que viven en la zona, los Linton y los Earnshaw.
El señor Earnshaw, dueño de Cumbres Borrascosas, trajo un día a su casa a Heathcliff, un niño abandonado, para criarlo como suyo. Los hijos de Earnshaw recibieron con extrañeza a Heathcliff. Con el tiempo, la hija, Catherine, se hizo buena amiga de él, pero el hijo mayor, Hindley, lo detestaba y no perdía ocasión de humillarlo; sin embargo, Heathcliff, al ser un niño rudo e inteligente, se defendía de Hindley con astucia y brusquedad.
Años después, los padres de Catherine y Hindley mueren. Hindley se casa con una mujer llamada Frances, con quien tiene un hijo, Hareton. Frances prohíbe a Heathcliff todo contacto con Catherine. Sin embargo, los dos mantienen a escondidas su amistad, que pronto se convierte en amor apasionado. Un día deciden ir a espiar a los vecinos que viven en la Granja de los Tordos, los Linton. Ellos los sorprenden. Mientras intenta huir, un perro muerde a Catherine. Los Linton la recogen, la cuidan y la alojan en su casa durante una temporada. En cambio, expulsan a Heathcliff, al que consideran poco menos que un criado por el aspecto de «gitano» con el que el niño contaba. Cuando Catherine vuelve a las Cumbres, ha cambiado: ya no es una niña salvaje, sino toda una señorita, comportamiento influenciado por la sofisticada educación de Isabella, la hermosa hija de los Linton.
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