Lee el siguiente final de una historia, imagina, escribe un inicio y desarrollo:
ELLA
No podía dejar de llorar. A los pocos días cambió los pañuelos por trapos de cocina. Al cabo de una semana fue necesario colocar toallas bajo las puertas. Un mes más tarde el llanto empezó a filtrarse por los tabiques y cuando la humedad inundó las paredes ya era demasiado tarde.
Tras el siniestro, la compañía informó que el seguro no cubría los daños causados por la pena.
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